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A Flick no le tiembla la mano, ni siquiera con Lamine Yamal

El técnico alemán ya ha dejado claro quién manda en el equipo y que no se pone nervioso a la hora de cambiar a sus estrellas. Ayer, Flick, cambió a Lamine Yamal contra todo pronóstico cuando aún quedaban 40 minutos de encuentro.

Hansi Flick Lamine
Flick abrazando a Lamine Yamal tras ser sustituido. Fuente: Getty Images

Lamine Yamal volvió a mostrar su enfado al salir sustituido en el partido ante el Benfica, algo propio de los grandes jugadores, que nunca quieren salir del campo. El partido se complicó mucho para los azulgrana tras la expulsión de Pau Cubarsí, y desde entonces los que quedaron en el campo tuvieron que hacer un esfuerzo físico que provocó mucho desgaste. A los 56 minutos de juego, el entrenador alemán decidió que era el momento de hacer un cambio en el ataque, y el sustituido fue el Golden Boy, algo que él no se tomó del todo bien en el momento, pero que seguro su entrenador se encargó de hacerle entender.


A Flick no le tiembla la mano con sus cracks, y tiene claro que el equipo está por encima de sus grandes figuras. Hay jugadores como Pedri o Raphinha que han jugado casi todos los minutos, y de manera merecida, pero al alemán no le ha temblado el pulso para dejar en el banquillo a Lewandowski por descanso, a Lamine para dosificar sus esfuerzos o a jugadores como Koundé por llegar tarde a las charlas técnicas. Su filosofía y su mentalidad se está grabando en la cabeza de sus jugadores y eso ha llevado a que el Barça sea un equipo mucho más disciplinado que temporadas anteriores.


Además, el cambio de Lamine Yamal le salió bien a Flick. Ferrán Torres no tuvo una gran incidencia directa en el equipo, pero aportó piernas frescas a la hora de trabajar sin balón y de quitar marcas a sus compañeros. Pero la clave está en Raphinha. El brasileño ocupó la banda derecha, tras la salida de Lamine, y desde ahí recibió, condujo y definió en la jugada del único gol del Barcelona en Lisboa. Igual que el alemán tampoco dudó a la hora de sacar del campo a Dani Olmo con la expulsión de Cubarsí, aunque este cambio era algo más evidente.


Los enfados de Lamine al ser sustituido son algo totalmente normal, propio de un jugador que tiene 17 años y la calidad suficiente como para pensar que siempre puede hacer algo más sobre el césped. El gol se le resiste en las últimas semanas y él lo sabe, pero Yamal aporta mucho más al equipo y por eso Flick quiere tenerlo siempre al 100%. La gestión de los minutos del alemán puede gustar más o menos, pero la realidad es que al Barça le funciona. Con su forma de regular a sus jugadores ha demostrado que tiene claro el momento correcto para cada uno, y que no le tiembla el pulso, ni siquiera con Lamine Yamal.

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