El Benfica será el rival del Barça en octavos de la Champions
Después de celebrarse el sorteo de la próxima ronda de la Champions en Nyon, el FC Barcelona ya conoce a su próximo adversario. El azar ha decidido que el club a batir para los azulgrana sean los portugueses, mientras que el PSG se las verá contra el Liverpool.
"A quien madruga, Dios le ayuda" debió pensar la comitiva desplazada a Suiza para presenciar el evento organizado por la UEFA. El hecho de haber cumplido con creces en la fase de grupo, premiaba al Barça con un merecido descanso, al igual que el resto de equipos que acabaron dentro del Top-8. Mientras tanto, varios clubes debían ganarse su pase a octavos sobre el césped y en unos dieciseisavos que han dejado diferentes sorpresas.
Aún así, la posibilidad de que todo un PSG pudiera ser el próximo rival en cuartos de final, suponía una amenaza muy seria, a la vez que un aliciente de venganza. Los de Luis Enrique han terminado por demostrar que merecían estar en el cuadro y han presentado una candidatura muy seria, tras vapulear al Brest por un 10-0 global. El verdugo culé de la pasada edición era un motivo de redención y reencuentro con un Dembélé que todavía pica y escuece...
Por ello y, a priori, lo más sensato es pensar que el Benfica era la mejor opción. Bien es cierto que los lusos todavía traen a la memoria cuando el FC Barcelona prácticamente se acostumbró a disputar la Europa League, deambulando por Europa como una entidad sin rumbo. Por no hablar de Da Luz...aquél estadio maldito donde los blaugrana tocaron fondo con ese 2-8 a manos del Bayern de Múnich.
Por fortuna para el Barça, cualquier duda ha sido disipada y en gran parte gracias a la llegada de Hansi Flick. Con el técnico germano sentado en el banquillo, la bestia negra bávara fue arrollada y Lisboa conquistada de forma épica. De todos modos, cabe recordar que resta mucho camino por delante. Pese a finalizar como el segundo mejor equipo de la Champions, superar a los portugueses no será sencillo y no conviene celebrarlo como adversario. Los locales fueron capaces de dominar al FC Barcelona gran parte del encuentro.
Con Bruno Lage a los mandos, el Benfica se presenta como un rival que apuesta por el fútbol de ataque. Tal y como se vio en su clasificación ante el Mónaco, las águilas suponen un peligro con Pavlidis y Aktürkoğlu al frente. De hecho, el delantero griego ya supuso un tormento contra los blaugrana, donde el ariete transformó todo lo que tuvo para conseguir un hat-trick. Además, tanto el extremo turco como Aursnes cogieron en reiteradas ocasiones la espalda de Balde.
La clarividencia y sencillez de Florentino contrasta con la técnica para filtrar pases de Kökçü. Un centro del campo muy equilibrado que se complementa con la velocidad de unos atacantes como el joven Schjelderup. El noruego se convirtió en una auténtica pesadilla para un Jules Koundé que fue desequilibrado en más de una ocasión por la banda izquierda. Mismo flanco por el que aporta profundidad Álvaro Carreras.

El defensor español, prácticamente como carrilero provocaba situaciones de dos contra uno con el lateral galo y encima secó a un Lamine Yamal que hasta el momento parecía imparable. Aún así, el héroe y MVP de aquella noche sería Raphinha. El brasileño explotó, junto a Robert Lewandowski, todos los puntos débiles del adversario. La fragilidad defensiva provocó que los lisboetas dejaran escapar un 4-2 favorable y terminaran encajando una manita.
Precisamente, el Barça deberá indagar por ese lado diestro de la zaga, donde figuran Tomás Araújo y Antonio Silva. Lejos de un Otamendi experimentado y secundado en veteranía por un Di María que sigue dando respeto...igual que el Benfica.
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