Real Madrid - Barça: Al Palau de urgencia
El FC Barcelona no pudo sacar un solo triunfo ante el Real Madrid en el WiZink Center y está obligado a vencer los tres siguientes encuentros para poder pasar a la final. El dominio en el rebote de los blancos fue crucial en una batalla de muchos puntos y gran acierto desde el triple (104-98).
De nuevo el feudo madridista albergaba otro derbi entre el Barça y el Real Madrid. Los locales se adjudicaron el primer asalto de las semifinales y los culés necesitaban la victoria para no caminar sobre el desfiladero. Los azulgrana tenían el objetivo de llevar la eliminatoria al Palau Blaugrana, con margen de error y recuperando el factor cancha.
Ambos conjuntos arrancaron con un ritmo frenético, pero alocado e impreciso; desacertados en el lanzamiento exterior y perdiendo el balón muy fácilmente. Aún así, entre Musa y Campazzo lograban abrir brecha, mientras Grimau pedía tiempo muerto. Sin embargo, el combinado catalán supo remontar a hombros de Jabari Parker y Satoranský (22-24).
Se escapaba el FC Barcelona y Chus Mateo detenía la contienda tras un parcial de 6-14 para los visitantes. Jan Veselý crecía y los blaugrana aprovechaban la superioridad de altura en los duelos individuales en el poste bajo. Más tarde, los madridistas resucitaban con el de siempre: Sergio Llull. El mallorquín se bastaba sólito para sostener a los suyos y poner al pabellón en pie antes del descanso (44-40).
Tras la reanudación, el Real Madrid salió mejor y Grimau se veía obligado a parar. Hezonja se rebelaba frente a sus ex y Parker se enredaba en su propia batalla individual. Los rebotes iban a las manos de los merengues y se producía la máxima diferencia en el marcador. La dupla checa del Barça acudía al rescate, pero Musa y el croata continuaban inspirados.
El técnico azulgrana veía que el partido se estaba escapando y llamaba a los suyos antes de terminar el tercer cuarto. El parón sentó de maravilla al FC Barcelona y Chus Mateo tuvo que reaccionar de inmediato tras encajar un 0-7 en contra. Aún así, los madrileños se mantenían por delante antes del último tiempo con un imposible de Llull (73-62).
El show seguía en el WiZink Center, pero los azulgrana no se daban por vencidos. Un intercambio de golpes constante hacía que los culés no estrecharan el luminoso, hasta que los blancos acechaban los veinte de distancia. De nuevo los triples condenaban al Barça con la puntería de Yabusele y Rudy Fernández.
Sin embargo, Abrines y Laprovittola respondían con la misma medicina para dar esperanza y todavía había tiempo de lograr la hazaña. Poco a poco se fue marchitando la ilusión frente a un rival que no bajó la intensidad y ya manda en la semifinal por 2-0 (104-98). Lo único positivo será volver a casa, donde habrá que ganar sí o sí...
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